José Antonio García Viticultor

Santos fue viticultor en la pequeña localidad de Valtuille de Abajo, donde cuidaba cepas centenarias cuyas uvas vendía o utilizaba para la elaboración de vinos a granel ya por entonces muy apreciados entre familiares, amigos y conocidos.

Su nieto José Antonio, cuyos padres proceden de Corullón y Valtuille de Abajo, se hizo cargo tras la muerte de Santos de las 75 parcelas que con tanto mimo había cuidado su abuelo respetando el carácter minifundista de esta región leonesa.

Así, en 2010 y tras una incursión de varios años en el mundo de la hostelería, puso en marcha un nuevo proyecto con el fin de poner de manifiesto la esencia de la tradición, de los pequeños viticultores y de las producciones limitadas. 

Al principio contó con la ayuda del elaborador Raúl Pérez, al que le une una gran amistad. Raúl le cedió parte de sus instalaciones para poder vinificar durante las primeras añadas, aunque poco a poco, y a medida que el proyecto fue creciendo, José Antonio construyó una pequeña bodega y fue ampliando sus instalaciones.

Una de las características del proyecto de José Antonio García es la mínima intervención y el respeto por el entorno. Aunque todavía no cuenta con certificación ecológica oficial en sus viñas, practica una viticultura orgánica, arando como a la antigua usanza para evitar entre otras cosas la compactación de los suelos y utilizando únicamente tratamientos de cobre y azufre.

En cuanto a la vinificación también es muy sencilla, ya que en su bodega no dispone de una maquinaria muy sofisticada. Utiliza eso sí levaduras autóctonas y las fermentaciones malolácticas son siempre espontáneas.

Los vinos de José Antonio, lejos de pertenecer a un estilo comercial, tratan sobre todo de reflejar las singularidades de un terruño caracterizado por sus viñas viejas, su clima de transición entre el norte y la meseta, y sus suelos de componente mineral, una característica que se traslada a cada una de sus creaciones.