Bodegas Fillaboa

Cuentan los historiadores que fueron los romanos los que por primera vez poblaron estas tierras y también los que introdujeron el cultivo de la vid en la zona, tal y como atestigua el puente romano de existe en la entrada a esta finca, que está muy cerca de la frontera con Portugal.

El viejo muro de piedra de 1.600 metros de longitud que rodea la finca guarda también en su interior un pazo señorial y una capilla de piedra, vestigios del pasado histórico de la zona.

Hoy en día, la bodega es propiedad del grupo asturiano Masaveu, que también es propietario de las Bodegas Murua (Rioja Alavesa), Pagos de Aráiz (Navarra), Valverán (Asturias) y Leda (Castilla y León).

Viñedos

El muro que rodea la finca encierra igualmente los 11 pagos orientados al sur que forman las aproximadamente 70 hectáreas de viñedo propio con las que cuenta Bodegas Fillaboa. Estos pagos son: Monte Alto, Vía, Terneros, Castro, Socalcos, Antigua, Miño, Eucalipto, Río, Carasol y Las Nieves.

El viñedo está plantado en su totalidad con la variedad Albariño. Las esbeltas vides de esta variedad blanca, conducidas en espaldera y emparrado, salpican los pequeños pagos formando un puzzle de viñedos. La riqueza de sus suelos con buen drenaje y adecuada composición, junto al lluvioso clima atlántico de suaves temperaturas, conforman el privilegiado ecosistema de Fillaboa. 

En esta casa suelen realizar una primera vendimia durante el mes de julio para eliminar los racimos denominados "de segunda generación", con lo que logran así reducir la producción de cada cepa y aumentar la calidad de los frutos. En la parcela Monte Alto, destinada al vino Fillaboa Selección, la producción suele estar entre los 2.000 y 4.000 kilogramos por hectárea. La vendimia es un trabajo delicado y meticuloso que realizan en cada parcela por separado ya que, dependiendo de sus características particulares, las uvas se destinan a un tipo de vino u otro.